
Si alguna vez has escuchado sobre el grounding o la ‘conexión a tierra’ y te has preguntado si realmente vale la pena, aquí te contaremos cuánto tiempo necesitas para comenzar a sentir sus increíbles beneficios. La buena noticia es que incluso unos pocos minutos al día pueden marcar la diferencia. Pero, ¿qué pasa si quieres experimentar resultados más rápidos? Sigue leyendo para descubrir la ciencia detrás de esta práctica.

No hay un tiempo exacto para practicar grounding, ya que depende de tu salud, estilo de vida y frecuencia de práctica. Sin embargo, estudios han mostrado que solo 20 minutos de grounding diarios pueden ayudar a reducir el estrés, mejorar la circulación y equilibrar tus niveles de energía. Si eres constante, notarás una diferencia significativa en tu bienestar físico y emocional.
El grounding tiene muchos beneficios comprobados para la salud: reduce el estrés y la ansiedad, mejora el sueño, disminuye la inflamación y potencia la energía. Sin embargo, para obtener todos estos beneficios, el contacto directo con la tierra es crucial.
¿Dónde practicar grounding?
1. En la naturaleza. (descalzo en el césped o la tierra). Cuando estás de pie o caminando descalzo sobre el césped, la arena o la tierra, tu cuerpo entra en contacto directo con la superficie terrestre. Esto puede ayudar a estabilizar tu sistema nervioso, al permitir que los electrones de la tierra interactúen con los radicales libres en tu cuerpo. Este intercambio puede reducir la inflamación y mejorar la circulación sanguínea. Simplemente dedicar unos minutos a caminar descalzo sobre superficies naturales puede mejorar la función cardiovascular y reducir el estrés.

2. En tu hogar. (uso de alfombra o superficies naturales). Si no tienes acceso a espacios naturales, puedes practicar grounding en tu casa al sentarte o acostarte sobre superficies que se aproximen a la sensación de contacto directo con la tierra, como una alfombra de materiales naturales. Aunque el beneficio es menor que el de caminar descalzo sobre la tierra, el contacto con materiales orgánicos puede ayudar a sentirte más presente y reducir los niveles de estrés, ya que mejora la circulación y activa el sistema parasimpático, favoreciendo la relajación.
3. En un entorno urbano. (contacto con el suelo a través de un banco o asiento natural). En una ciudad, el grounding puede ser tan sencillo como sentarte en un banco de madera o en un parque donde puedas tocar el suelo o tener contacto con plantas. Aunque la interacción es más limitada en estos contextos, el principio sigue siendo el mismo: al estar en contacto con elementos naturales, tu cuerpo puede aprovechar los beneficios de la carga negativa de la tierra, promoviendo la relajación y mejorando el equilibrio energético de tu cuerpo.
Beneficios del grounding:
- Reducción de la inflamación: El contacto con la tierra puede disminuir los niveles de inflamación en el cuerpo al neutralizar los radicales libres.
- Mejora de la circulación: Caminar descalzo mejora la circulación sanguínea al activar puntos clave en los pies que conectan con otros sistemas del cuerpo.
- Reducción del estrés: La práctica activa el sistema nervioso parasimpático, el cual es responsable de las funciones de relajación y descanso.
- Mejora en la calidad del sueño: La exposición al campo electromagnético natural de la tierra puede mejorar la calidad del sueño al regular los ciclos circadianos.
Conclusión:
Para obtener los máximos beneficios del grounding, se recomienda practicarlo al menos 20 a 30 minutos al día, preferentemente caminando descalzo sobre superficies naturales como césped, tierra o arena. Sin embargo, no es necesario esperar a un momento específico o un lugar ideal. Siempre que tengas la oportunidad, aprovecha cualquier espacio para caminar descalzo, ya sea en tu jardín, un parque cercano o incluso en una superficie natural de tu casa, como alfombras o madera.
Si no puedes caminar descalzo con frecuencia, las zapatillas barefoot son una excelente opción, ya que están diseñadas para simular la sensación de caminar descalzo, permitiendo que tus pies se muevan de forma más natural y manteniendo la conexión con el suelo. De esta manera, puedes incorporar los beneficios del grounding incluso cuando no puedas estar al aire libre.